La pandemia ha trastocado los parámetros de la salud sexual y reproductiva y afectado a la anticoncepción
27/09/21
Los doctores Paloma Lobo y José Gutiérrez Alés analizan las consecuencias del Covid 19 y apremian una toma de decisiones
Previsible aumento de los embarazos no deseados en 114 países de renta baja y media por la falta de acceso a métodos y servicios de planificación familiar. Todo parece indicar que se registrará un nuevo baby boom derivado por la pandemia. El Informe del Fondo de Población de la ONU ya advirtió de medidas para combatir la Covid-19, que deja sin acceso a métodos anticonceptivos a 47 millones de mujeres.
La demanda de la píldora del día después cayó a mínimos. Durante el primer año y medio de pandemia sólo el 3% la usaron, frente al 30% que se alcanzó en 2019. En 2020 decayeron, asimismo, las pruebas para detectar el cáncer de cérvix. Otras consecuencias fueron que el 30% de las mujeres que pedían asesoramiento médico sobre anticonceptivos a lo largo del confinamiento no pudieron acceder a la consulta; la natalidad se desplomó en España, aún más de lo que ya lo estaba, por culpa del confinamiento, al tiempo que crecieron las dificultades para atender los y seguir avanzando en la atención a la salud sexual y cayó de forma notable la venta de anticonceptivos.
El número de nacimientos, según el INE, bajó un 5,9% durante 2020 y el número medio de hijos por mujer se situó en 1,18; las defunciones se incrementaron en un 17,7%; el crecimiento vegetativo de la población residente presentó un saldo negativo de 153.167 personas y el número de matrimonios se redujo un 45,7% respecto a 2019. Desde enero de 2021 repunta ligeramente el número de nacimientos hasta 24.061, siendo la cifra un 20% inferior a la del mismo mes de 2020.
Durante el confinamiento se establecieron prioridades de la asistencia sanitaria contemplando como no demorable la atención a la IVE, ITS, el cese de la anticoncepción por deseo de embarazo, atención a víctimas de violencia de género y anticoncepción de urgencia. En la desescalada se abrió de forma progresiva el fomento de los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARCs), especialmente en poblaciones de mayor riesgo de embarazo.
Los problemas asistenciales se han incrementado de forma considerable durante el primer año de pandemia. Los embarazos resultaron más angustiosos y los partos exigieron una mayor adopción de precauciones (uso de la mascarilla,miedo al contagio, a la transmisión vertical, problemas de acompañamiento, lactancia, altas precoces, etc.)
Según la encuesta de la SEC, realizada por Sigma2 entre más de 2.000 mujeres, durante el confinamiento disminuyeron o no tuvieron relaciones sexuales un 44% de las que contaban entre 15 y 49 años y el 54% las aumentaron o las mantuvieron a similar nivel. Se incrementaron en las mujeres de 25 a 35 años con pareja estable y siguieron a un ritmo similar con su pareja estable entre las de 35-49.
Durante el confinamiento el uso de la píldora de urgencia decayó a mínimos (un 2,8% frente al 30% en 2019). En relación con el asesoramiento sobre métodos anticonceptivos en los servicios sanitarios: el 30,1% de las mujeres que lo pidieron no pudieron acceder a ellos.
Al tiempo, se incrementaron las dificultades para acceder a métodos: No se renovó receta por no poder contactar con el médico (54,8%), no se lo dispensaron en farmacia (17,8%) o no se pudo comprar en el establecimiento habitual (6,8%) y otras razones (19.3%).
En relación con los LARC, anticonceptivos de larga duración, durante el confinamiento no los necesitaron el 95.1%; los precisaron y pudieron acceder el 1,6% y lo necesitaron pero no pudieron acceder el 1,5%. Un 51,6% no pudo acceder al método anticonceptivo de larga duración.
Sobre la anticoncepción hormonal combinada (AHC) durante el confinamiento el 96,6% de las mujeres que la utilizaban siguieron usándola y el 53.3% disminuyeron su actividad sexual.
La venta de anticonceptivos registró una fuerte caída, en el conjunto del estado. De marzo a agosto de 2020 bajó un 11,4%; en abril de 2020, el 19,4% y en mayo 19,8%; junio, 6,9; julio 8,1 y en agosto 9%.
La reproducción asistida también se vio notablemente afectada. Hubo 14.000 ciclos menos durante el confinamiento y unos 4.000 nacimientos menos. Al tiempo, se confirmó que no hay evidencia científica sobre que el virus afecte a óvulos y espermatozoides y se paralizaron las transferencias de embriones que fueron vitrificados.
La interrupción voluntaria del embarazo (IVE) también contabilizó, durante 2020, un descenso del 11,7%, caída notable durante los meses del confinamiento. Fue preciso realizar el asesoramiento por vía telemática y, con frecuencia, acudir una única vez a la clínica. Sólo Cataluña y Galicia dieron el paso eliminando las visitas presenciales de asesoramiento durante el confinamiento. Abortar resultó, aún, más difícil e inseguro. Durante 2019 el aborto quirúrgico alcanzó el 78,7% y el farmacológico el 21.3%. Imponer, limitar o generalizar uno de los dos métodos sobre el otro constituyen mecanismos que merman el empoderamiento de la mujer y resultan irrespetuosos con su legítima libertad de elección.
El confinamiento fue eficaz para disminuir el contagio de la Covid y de las enfermedades de transmisión sexual (ITS). Disminuyeron hasta el 80% en algunos diagnósticos con respecto al mismo periodo de 2019. El 84,7% de los casos afectó a los hombres. No obstante, ahora se advierte un repunte de la incidencia no cuantificada tras el confinamiento.
Durante el periodo de confinamiento se acentuó la violencia de género especialmente entre las mujeres con menor nivel de estudios (7,2%) y menores ingresos (4,7%). El número de víctimas de violencia de género disminuyó durante 2020 hasta el 8.4%; la tasa fue de 1,4 por cada 1.000 mujeres de 14 y más años. El mayor descenso se produjo durante los dos primeros meses del confinamiento, tendencia mantenida en el segundo semestre de 2020.
Conclusiones: La pandemia ha afectado a la salud y también a la Salud Sexual y Reproductiva.
Se temía un babyboom, pero en España asistimos a un babycrash.
Incertidumbre sobre las consecuencias del SARS Cv-2 sobre el embarazo
Incertidumbre laborar y económica
Menos ciclos de reproducción asistida
Las restricciones en la movilidad afectaron a la frecuencia de las relaciones sexuales
Menor uso de anticonceptivos
Manos abortos Disminución de ITS