L a excepcional realidad de la pandemia obligó a la Fundación Española de Contracepción (FEC) a aplazar todos los actos preparados con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción. Ya es un hábito que desde 2008 la FEC celebre muy especialmente esta fecha con el objetivo de resaltar tanto la importancia de la anticoncepción y de la salud sexual y reproductiva. El objetivo del día no es solo crear conciencia sino también difundir hechos y evidencias científicas.

Cual ya es costumbre, con motivo del Día Mundial estaba prevista la celebración de un acto central en el que se entregarían los premios nacionales de anticoncepción como el referido al mejor alumno del Máster en Anticoncepción y Salud Sexual y Reproductiva, mejores comunicaciones de los congresos de las sociedades vasca y valenciana, premio tesis doctoral, premio nacional de anticoncepción 2020 y premio personalidad destacada. Todo ello ha quedado pospuesto, por lo que se refiere al presente ejercicio.

No obstante, la FEC y la Sociedad Española de Contracepción, han hecho público, un año más, un manifiesto para sumarse al Día Mundial de la Anticoncepción. El texto se centra en analizar la situación derivada del coronavirus, en lo que se refiere a la anticoncepción y salud sexual y reproductiva. Éste es el manifiesto:

Las secuelas y enseñanzas del coronavirus

Nunca, en más de un siglo, los profesionales sanitarios habíamos estado sometidos a una prueba tan exigente. Un virus, el SARS CoV2 responsable de la COVID 19, ha protagonizado una alarma sanitaria mundial que ha mutado radicalmente nuestros protocolos clínicos, la atención a las mujeres, tratamientos, asesoramiento y, cómo no, nuestra forma de relacionarnos con los/as pacientes.

En el Día Mundial de la Anticoncepción de 2020 queremos hacer pública nuestra solidaridad con las víctimas de la pandemia y sus familias, así como el reconocimiento y admiración al trabajo íntegro y agotador de todos los sanitarios.

Al tiempo, queremos extender nuestra solidaridad con los países latinoamericanos donde la pandemia está arremetiendo, de manera agresiva, contra la población. La Fundación Española de Contracepción mantiene con las Sociedades Iberoamericanas, desde hace tiempo, una especial relación, principalmente a través de proyectos formativos en salud sexual y reproductiva y anticoncepción que se convocan desde España, lo que contribuye a que sus problemas los sintamos de modo muy cercano.

La asistencia sanitaria, se ha visto seriamente afectada por las exigencias del coronavirus y se ha centrado en tratar de atender con rigor, dedicación y generosidad las recomendaciones y protocolos aplicados ante tan aguda crisis, a la vez que iniciar una intensa labor de investigación en busca tanto de la vacuna imprescindible como de los tratamientos más convenientes.

En este contexto la atención a la Salud Sexual y Reproductiva se ha visto limitada. Los profesionales sanitarios, y gracias al posicionamiento de la Sociedad Española de Contracepción sobre la atención a la salud sexual y reproductiva durante el estado de alarma y la desescalada, hemos tenido acceso a orientaciones para garantizar la asistencia más idónea posible para las necesidades de nuestras usuarias.

Se ha planteado un nuevo escenario que ha condicionado, entre otras atenciones, tanto la anticoncepción de urgencia, como la interrupción voluntaria del embarazo, el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual, el estudio de la esterilidad, el asesoramiento a las mujeres que deseaban abandonar la anticoncepción para buscar el embarazo o pretendían iniciar o cambiar de método anticonceptivo, el cribado del cáncer cervical, la atención a las víctimas por violencia de género o agresión, así como la asistencia a mujeres de poblaciones vulnerables.

La pandemia protagonizada por el coronavirus ha abierto una nueva derivada que hemos de resaltar coincidiendo con el Día Mundial de la Anticoncepción.

Nuestra disciplina, como todas las demás, ha debido adaptarse a estas circunstancias desconocidas. Se ha puesto de manifiesto, a la vez, la necesidad de desarrollar estrategias de actuación de carácter autonómico y estatal que permitan enfrentar los diferentes escenarios que se plantearán en los próximos tiempos.

La crisis sanitaria ha puesto al descubierto, asimismo, desigualdades en la accesibilidad a la asistencia ginecológica y a los Servicios de Salud Sexual y reproductiva. Precisamos garantizar de forma universal la atención, información y asesoramiento en materia de violencia de género, anticoncepción y prevención de ITS, especialmente entre los colectivos más vulnerables como los jóvenes y mujeres en riesgo de exclusión social.

Es necesario, igualmente, garantizar la formación continuada de los profesionales sanitarios, tener capacidad de respuesta rápida en caso de necesidad, crear comités que preparen informes precisos cuando se presenten alarmas sanitarias, y asumir que posiblemente tengamos una nueva oleada con las secuelas de la pandemia. Debemos, finalmente, potenciar la telemedicina, y desburocratizar el sector público dotándole de flexibilidad para asumir nuevos retos en el futuro.

José Ramón Serrano Navarro.

Presidente de la FEC