A la búsqueda del microchip anticonceptivo con control remoto

15/07/14

Será activado o desactivado por la misma usuaria y la regla carecerá de regularidad.

L a ‘start-up’ estadounidense MicroCHIPS ha anunciado la creación de una nueva tecnología para la anticoncepción. Ha desarrollado un microchip cargado con hormonas, capaz de suministrarlas durante 16 años, implantado bajo la piel y que se puede activar o desactivar mediante un controlador inalámbrico. La compañía, que es una ‘spin-off’ del Instituto Tecnológico de Masachussetts (MIT) y cuenta con financiación de la Fundación Bill y Melinda Gates, cree que podrán comercializarlo a partir de 2018.

La Sociedad Española de Contracepción (SEC) valora positivamente la aplicación de la tecnología chip a la medicina y en especial a la anticoncepción. Mas, considera que, desde el punto de vista médico y farmacológico no existe avance porque el producto que contiene el microchip, levonorgestrel, se utiliza desde hace más de 50 años. “No se usan los componentes de la píldora combinada sino el que tiene un implante que ya apenas se usa en España, el Jadelle, así como el producto del dispositivo intrauterino Mirena y algunos de los que lleva la píldora del día después. Se trata, pues, de moléculas muy conocidas que al no estar combinadas con estrógeno originará que las mujeres que lo usen no tendrán regla con regularidad. Por lo tanto, habrá las mismas ventajas o inconvenientes que afectan a los anticonceptivos sólo llevan levonorgestrel”.

El Dr, Roberto Lertxundi, representante español en la comisión directora de la Sociedad Europea de Contracepción, desde el punto de vista del manejo, el proyecto “resulta muy interesante porque en anticoncepción la clave es el autocontrol por parte de la usuaria. Es muy interesante disponer de un sistema que la mujer pueda activarlo o desactivarlo. Así se disminuirá la dependencia del sistema sanitario, del sistema médico, así como se reducirán las visitas médicas y la mujer tomará más protagonismo en la anticoncepción con este positivo paso adelante”.

No obstante, en la SEC se estima que aún habrá que esperar, saber dónde se han hecho los estudios médicos, con qué población se ha ensayado, por qué se limita la perspectiva de uso a un periodo de 16 años. Todavía no ha sido posible un estudio de los efectos durante tal periodo y se mantienen dudas en relación al  efecto del manejo.

A la búsqueda del anticonceptivo perfecto

El microchip o implante anticonceptivo  sobre el que se investiga sería activado y desactivado con control remoto (el próximo año se prevé que empiecen en Estados Unidos las pruebas preclínicas). Forma parte de la búsqueda del anticonceptivo perfecto que se prolonga históricamente y estaría diseñado para durar hasta 16 años, casi la mitad de la vida reproductiva, Actualmente, ningún anticonceptivo hormonal dura más de cinco años.

A diferencia de los implantes anticonceptivos existentes, se pretende elaborar un chip que no exija acudir a la clínica y observar un procedimiento ambulatorio.

El proyecto

Desarrollado por MicroCHIPs de Lexington, Massachusetts, el dispositivo mide 20 x 20 x 7 milímetros, y está diseñado para ser implantado debajo de la piel de las nalgas, parte superior del brazo, o el abdomen. Guardaría unas dosis combinadas de estrógeno y progestina, como las populares píldoras anticonceptivas femeninas.

Para activar el microchip sería necesario otro dispositivo inalámbrico que, a modo de mando a distancia, liberaría 30 miligramos diarios de la hormona anticonceptiva y se puede mantener una cantidad suficiente de la hormona de hacer esto durante un máximo de 16 años. Cuando se agotara una reserva de almacenamiento se abriría otra celda de almacenaje.  Pudiera, incluso, ser retirado a posterioridad, como indica la revista digital MIT Tecnology.

No obstante, el chip anticonceptivo no servirá como método de prevención contra las enfermedades de transmisión sexual. El funcionamiento solo se ha explicado de manera superficial. Cada depósito del microchip tiene una puerta, aleación de titanio y platino, que se derrite de forma temporal cuando se le aplica una determinada corriente eléctrica. La tecnología del dispositivo permite, así, liberar su carga de manera progresiva, según las dosis que marque la prescripción médica. En caso de que la paciente quiera interrumpir el tratamiento para poder quedarse embarazada, solo tiene que pulsar un botón en su controlador inalámbrico. También puede reactivarlo, si lo desea, de la misma forma. “La idea de utilizar una membrana delgada como un fusible eléctrico fue lo más difícil y el problema más creativo que teníamos que resolver”, ha señalado el presidente de MicroCHIPS, Robert Farra.

Cuando deseen concebir, las mujeres han de apagar al implante con un mando a distancia; otro clic del control remoto reiniciará la actividad. Los médicos también podrían ajustar las dosis de forma remota.

La idea de crear este dispositivo se originó hace dos años en una visita de Bill Gates y sus colaboradores al laboratorio del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Interesaron a Langer si era factible crear un nuevo método de control de natalidad con el que una mujer pueda activar y desactivar durante años. Langer consideró que la tecnología de microchip de liberación controlada de cantidades de productos químicos que inventó con sus colegas Michael J. Cima y Juan Santini en la década de los 90 podría ofrecer una solución segura que ahora se desarrolla. La Fundación Bill&Melinda Gates está interesada en estas innovaciones relacionadas con su proyecto de planificación familiar, en el que ya se han invertido cerca de 4,6 millones de dólares.

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